viernes, 14 de enero de 2011

Manual para conducir en Bogotá

No se cómo pude obviar este tema durante tanto tiempo. Tal vez es una de las discusiones más recurrentes entre los bogotanos, una de las noticias más repetitivas y fastidiosas, y seguramente, uno de los temas más odiados por muchos.


La idea es sencilla: intentaré dar, obviamente desde mi punto de vista, una serie de ideas, tips, argumentos, razones, y demás, sobre qué se debe hacer a la hora de conducir en Bogotá, sobe cómo debe hacerse, sobre qué no debe hacerse, y como no, le daré mi opinión acerca del tema, ¡abróchese el cinturón!

En realidad lo primero que uno debería hacer es dejar de ser imbécil y de mentirse a sí mismo. Pensar que uno va a salir a la calle y no le va a tocar trancón es algo estúpido. Hasta un niño de 6 años lo sabe. Acto seguido, después de armarse de valor y de calcular muy bien el tiempo de desplazamiento, para no llegar tarde, uno debería ingerir un antidepresivo o un sedante. De esa manera, el viaje será un poco más tolerable y un poco menos desagradable.

A continuación es recomendable ponerse el casco, las rodilleras, las coderas y, como no, la copa, y demás accesorios que lo protejan contra la estupidez de los demás asesinos que van por las calles de Bogotá. Ahora bien, ya que uno va medio drogado, debido al antidepresivo, lo recomendable es poner música, ojalá no como la de los buses, y prepararse para vivir el peor viaje de su vida. Lo peor del caso es que para los bogotanos cada día es peor que el anterior.

Una vez ya en la calle usted verá que hacer, yo le recomiendo lo siguiente:

  • Evite cualquier avenida principal, lo más probable es que haya un semáforo cada 2 cuadras y que uno esté dañado.
  • Váyase por el carril derecho, no me pregunte por qué, pero siempre es el que más se mueve.
  • Cuando un taxista, un imbécil de una moto, o un $%&!#@|@¢ de un bus lo cierre, lo estrelle, le raye el carro, le escupa, le mente la madre, le relinche, le pelee, o lo que sea, sáquele la lengua (para todo lo demás, Master Card) y llame a la policía y/o a su seguro.
  • Si en el camino ve a un policía comiendo pandebono, tomando avena y hablando por celular no dude en gritarle por la ventana algo así: "Haga su trabajo gran imbécil, mire el trancón tan hijo de puta que hay y usted tomando oncesitas". 
  • Si ve muchos carros parqueados donde es prohibido no dude en llamar al tránsito y denunciar. Pida que envíen una grua, intente dar la dirección exacta... Créame, funciona.
  • Si durante un semáforo le ponen agujas, hilos, libros, películas, pañales, tamales, y demás artículos en el vidrio, y se pone en verde y no lo han recogido, arranque.
  • Tómele fotos a todos aquellos que infrinjan la ley y envíelas, vía la red social que le de la gana, a alguien.
  • Por favor, no soborne a los policías, si le están poniendo un comparendo es porque se lo merece.
  • Convénzase de que usted es la única persona que sabe conducir en esta ciudad.
  • De por Dios, no hable por celular ni envíe mensajes de texto mientras tanto.
  • Insulte a cada ciclista que vaya por la calle a 30cm de la Cicloruta.
  • Intente no salir con su mamá o sus hermanas. Los nervios de ellas se convertirán en su hamponería. Por cada vez que ellas hagan muecas y murmuren ruidos extraños usted querrá darle más duro a la chancleta.
  • Esto no es un juego. Si va a tomar por favor hágalo en cantidades industriales pero no sea imbécil, no conduzca.
  • Esto es algo indispensable, es como una regla de oro: ¡No ande por ahí, como si nada, con las malditas luces plenas!
  • Haga uso, eso sí, coherente y necesariamente, de la bocina. Para algo se la pusieron ahí.
  • Si va solo en el carro no dude en sacarse lo mocos, hacer bolitas con ellos y pegarlos debajo del asiento, o botarlos por la ventana. Échese pedos y eructos. Cante a pulmón herido como si no hubiera mañana (ojalá no Yuri o Juan Luis Guerra). De todos modos en Bogotá no se sabe si lo habrá. Salir a la calle es una lotería.

Podría seguir dándole consejos pero mi Blog se volvería aburrido. Lo que queda muy claro es que conducir en Bogotá en toda una aventura, ¿que es peligrosísima? Sí. Eso no se lo puedo negar. ¿Que la culpa es de todos nosotros? Sí. No sabemos conducir. Peor aún, no sabemos respetar. Las señales de tránsito están ahí por y para algo. 

El día que dejemos que meternos en contravía -"eso nadie se da cuenta"-, que dejemos de parquear en la calle -"solo cinco minuticos"-, que dejemos de sobornar a los policías -"para que se tome unas frías, se las merece por su arduo trabajo"-, que entendamos que "la movilidad la hacemos todos" -yeah right-; el día que votemos por un alcalde de verdad, el día que paguemos a tiempo los impuestos, el día que los motociclistas paguen peaje y que las ambulancias dejen de ser taxis y de hacer encomiendas "urgentes"... 

Ese día podremos quitarnos el casco, no tendremos que drogarnos para salir a la calle, podremos llegar a tiempo a nuestras citas, pero sobre todo podremos disfrutar de los pocos huecos o cráteres lunares que adornan la malla vial de nuestra queridísima y amadísima Bogotá.

Finalmente, quiero insultar públicamente al triple hijo de **** que tenemos por Alcalde, a toda su familia y a todos los que tengan algo que ver con él; pero sobre todo, a los imbéciles que lo eligieron: gracias por acabar con lo que quedaba de Bogotá.



2 comentarios:

  1. El primer paso para conducir bien en Bogotá, es dejar de ser tan imbécil.

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  2. Mala entrada, mal escrito.

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