martes, 15 de noviembre de 2011

Carta abierta a Leonel Álvarez



Estimado Papito:

Con todo el respeto que te mereces tengo que dedicarte las siguientes palabras:

Estoy triste, estoy indignado. Perdí la esperanza. Veo que tiene más solución la movilidad de Bogotá o la corrupción nacional que el juego de la Selección Colombia, ¿qué pasa? ¿La greña paisa te está obstruyendo? ¿Te acaloras mucho en Barranquilla? ¿Dejaste de tomar Sal de Frutas?

¿Por qué no haces los cambios cuando es pertinente? ¿Por qué no contagias a tus papitos con tu energía, con tus ganas, con tu garra? ¡Tu si corres en el banquillo! ¿Por qué no fluye el juego? ¿Por qué pretendes que juguemos a un toque cuando sabes que somos incapaces?

El partido de hoy es una clara muestra de lo que NO debes hacer ni permitir que los 11 papitos a los que diriges, hagan. Se supone que los partidos en casa son para jugarlos con garra y a muerte, así como cuando los bogotanos nos vamos a montar a un Transmilenio. Se supone que si vienen a Barranquilla son los rivales los que tienen que sudar, no tu -muchos de tus jugadores no sienten la camiseta ni la sudan con amor-. Se supone que si metes un gol en el minuto 44 del primer tiempo, sales a matar y a asegurar el partido en el segundo tiempo, no a caminar con soberbia y como si fueras ganado 5-0 (resultado que tanto daño le hizo a nuestro fútbol). Se supone que nuestros jugadores están aclimatados y tienen que resistir los noventa minutos, se supone que si es ya, es ya. Se supone que los defensas velan porque no te hagan goles, no que regalan dos cruciales y en casa -andan más generosos que político regalando tamal-... Se supone, se supone...

Estoy cansado de las suposiciones, estoy cansado de ver que cada vez que hay un nuevo comienzo, los millones de colombianos que tenemos -o teníamos- fé en la Selección Colombia, nos ilusionamos. Quiero volver a llenar el Panini con monas llenas de peinados y nombres exóticos, colombianísimos, nuestros; también quiero que no haya más trancones en Bogotá. Siento que nada tiene solución. No veo la luz al final del túnel (de la Línea). 

¿Qué pasa? Quisiera no perder la esperanza. El problema es que hace 13 años no la encuentro, ¿será que vas a ser capaz de darnos alegría una vez más?

Papito, tienes que ser más osado, tienes que hacer los cambios acertada y oportunamente. Tienes que meterle huevitos -no como los de Rama, mucho menos como los de Uribe- a la eliminatoria, ¿cómo es posible que de seis puntos en casa únicamente hayamos sumado uno?

El camino es largo y complicado, ahora nos toca ganar afuera. Allá donde si tienen claro que la camiseta se suda, se siente y se ama, así sea de color remolacha. Tenemos que triunfar allá, donde si es ya, es ya.

Papito, no dejes que el resto de América del Sur se apropie de tus palabras, necesitamos un cambio ya, tú sabes como es.

¡Por mucha Sal de Frutas el día después de clasificar a Brasil 2014!